Se suele decir que cuando alguien cambia de look puede significar que se afronta a un cambio en su vida y, en el caso de este blog, es completamente cierto. ¡Nueva etapa, nuevo look!
Después de estos meses de ausencia por el
mundo de la blogosfera (debido a que he estado cursando en Máster en
Arquitectura y Diseño Interior de la Universidad de Salamanca) regreso al blog
cargada de energía y con ganas de volver a escribir.
Tengo ya recopilados varios proyectos de
interiorismo y arquitectura de los cuales os quiero hablar. También volveré a
recomendaros películas, a hablaros de las últimas tendencias en moda y
complementos… y de todo lo que me vaya surgiendo en torno a temas de mobiliario,
fotografía, música, arte, concursos, etc.
Así que sin más preámbulos, doy por
inaugurada esta nueva etapa de blog de la mano de un proyecto que me ha
parecido tremendamente interesante, el Hotel Hi-Matic, un proyecto de la
francesa Matali Crasset (diseño) y Jalc Architects and Collectif07
(arquitectura).
Definido como “eco-hotel-urbano”, Hi-Matic
es uno de los hoteles de la cadena Hi (los otros dos están en Niza y Túnez) cuyos
establecimientos nos proponen el Hi-Life, una nueva manera de entender el
alojamiento desde los puntos de vista de la ecología, el diseño, la tecnología
y el desarrollo sostenible del turismo.
Situado en la Bastille, una zona conocida
por sus tiendas orgánicas, librerías y restaurantes, Hi-Matic es un hotel de
950m², dividido en un lobby, un comedor y 42 habitaciones tipo cabina. En el
que se intenta que todos los espacios propicien la socialización y encuentro
entre los huéspedes. La fachada, con contraventanas de madera combinadas con
paneles pistacho y grafismos en naranja, ya nos anuncia el carácter joven y
colorista del interior.
Todos los hoteles Hi introducen aspectos
innovadores al mundo hostelero. En el caso del Matic, sorprende al acceder al
lobby, un espacio amplio y abierto a la calle, la sustitución de la zona de
recepción por un escritorio con ordenadores en donde el huésped hace el check
in automático. De esta forma el hotel se relaciona directamente con el usuario
sin intermediarios. La ausencia de recepción convierte a este espacio en una
zona común equipada con pequeños muebles-estancia para el relax y el encuentro
entre huéspedes.
A pesar de los automatismos por los que
destaca, sus espacios interiores son cálidos y acogedores como si se tratase de
un ambiente doméstico. Los suelos son de resina (roja en el caso del lobby,
naranja en el comedor…), las paredes están pintadas con productos orgánico-minerales
y el mobiliario, diseñado por Matali Crasset, está realizado con maderas
ecológicas y naturales.
Otro espacio común del hotel es el comedor,
en donde de nuevo reinan los colores y automatismo. En él el cliente puede
comprar gracias a varias máquinas expendedoras desde un desayuno orgánico,
hasta guías de la cuidad, cds, cepillos de dientes… El mobiliario de esta zona
trepa por las paredes formando estanterías, por los pilares a modo de árbol
artificial y las mesas comunitarias siguen reforzando la socialización.
Pero las innovaciones no cesan aquí, sino
que las habitaciones tipo cabina ofrecen al huésped un espacio flexible que él
mismo puede personalizar, desde la disposición de los muebles hasta el hilo
musical. La cama se transforma en sofá durante el día, creando un espacio
interior más amplio. Los dormitorios son algo así como una mezcla entre un
ryokan japonés y una casa de huéspedes tradicional. Y el estudio cromático es,
aún si cabe, más protagonista que en el resto de los espacios anteriores.
© Imágenes de
Hi-Matic y DesignBoom
Y después de este primer post del verano,
daros mil y una veces las gracias por las más de 200 visitas que ha tenido el
blog en estos últimos meses a pesar de no estar activo y que estoy segura de que ahora irán en aumento. ¡Muchísimas gracias y
muy pronto… más diseño!
_verónica
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